A medida que nos hacemos mayores, nos volvemos más olvidadizos y
nos cuesta recordar los pequeños detalles de la vida cotidiana. Y es que las
funciones cognitivas tienden a deteriorarse con la edad, por lo que algunos
olvidos pueden ser parte normal del envejecimiento.
La memoria y la atención nos
permiten fijar, retener y reproducir todo lo que pasa por nuestra conciencia y
hacer uso práctico de ello a posterior, por lo que son indispensables
para desarrollar una vida independiente y productiva.
En el contexto de una sociedad en que la proporción de
ancianos va en aumento, el deterioro cognitivo supone una
preocupación cada vez para más personas. Es por ello que, en las últimas décadas, se han ingeniado
métodos para fortalecer el cerebro y prevenir la demencia, haciéndose
especialmente populares los ejercicios de gimnasia mental.
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